jueves, 21 de mayo de 2015

Urgentes Medidas de Protección Requiere el Oso Andino o de Anteojos para Evitar su Extinción

Oso Andino o de Anteojos peruano - Tremarctos ornatos


El oso andino o de anteojos peruano - Tremarctos ornatos - se encuentra en grave peligro de extinción principalmente por la cción humana.

Sus lugares de su residencia son invadidos y destruídos por agricultores, extractores forestales, cazadores y otras formas de actividad humana. 

El oso de anteojos es 90% frugívoro y vegetariano y 10% carnívoro. Prefiere las bromelias conocidas como "achupallas", una planta parecida a la "penca" que crece en forma epífita sobre la corteza de los árboles y la superficie de las formaciones rocosas. 

En la Zona Reservada Megatoni, un corredor biológico que une al Parque Nacional Manu con el Parque Nacional Otishi, en la Cordillera de Vilcabamba, ha sido avistado comiendo frutos silvestres de las especies "moráceas", "lauráceas" y ericáceas". 

En los bosques secos de Chaparri y Laquipampa (departamento de Lambayeque) virtualmente arrasa con los frutos de la chirimoya, "sirumba" o güaba, overo (cordia lutea) y toda clase de cactus silvestres. 

Su predilección se extiende a las "puyas", cuyas espinas no le impiden comerlas; el tallo del "pasayo", un árbol abundante en el bosque seco, los bulbos de las orquídeas y unas cañas silvestres, semejantes al bambú asiático, conocidas como "chusquia" y "neurolepis", que le proporcionan un delicioso jugo. 

También consume los frutos de una palmera abundante, conocida como ceroxylum.sp, para lo cual asciende hasta la cima de la planta gracias a sus dotes de trepador, que le ha permitido coronar árboles hasta de 30 metros de altura. 

A veces sale del bosque para asolar chacras de papa, caña de azúcar y maíz, productos que lo enloquecen, por los cuáles normalmente pierde la vida, pues los agricultores no le perdonan la incursión y lo matan en el lugar donde lo sorprenden. 

El 10% de su dieta carnívora corresponde a venados, conejos y se presume que también ganado vacuno, pues se han encontrado restos en su hábitat. 

Figueroa y Stucchi no creen a pie juntillas la acusación de que ataca ganado vacuno, y más bien aceptan que el oso de anteojos es carroñero.

La "fragmentación" o destrucción de su hábitat es creciente y alarmante, y significa que en una extensión amplia del bosque donde mora se forman espacios o claros por acción de los "rozos" que hacen los agricultores para ganar tierras y la tala ilegal para apropiarse de madera. 

Tanto el oso anteojos, como los otros mamíferos del bosque, que antes vivían en el punto A ya no pueden ir al punto B porque entre ambos hay un área ocupada o depredada. Si el animal se atreviera a cruzar entre esos dos puntos sería cazado, pero no lo hará porque allí hay una población diferente, extraña y agresiva. 

Esta "fragmentación" de su hábitat está actualmente en práctica en los bosques de Amazonas, San Martín, Cusco, Lambayeque y Cajamarca. (Datos: Fuentes Varias)



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